Imagen fuente: bbc.com
El debate de la noche del jueves fue una de las últimas oportunidades para el presidente republicano Donald Trump y su rival demócrata, el exvicepresidente Joe Biden, de dirigirse a una gran audiencia nacional.
Trump actuó de forma más presidencial de lo que lo había hecho en otras ocasiones, manteniendo la calma, aunque recurriendo más de la cuenta a argumentos familiares para atacar a Biden.
«Definitivamente fue mejor que el anterior», dijo a DW J. Miles Coleman, analista electoral del Centro de Política de la Universidad de Virginia. «Trump se centró más en el mensaje y no hubo enfrentamientos con el moderador eso marcó una gran diferencia con respecto al anterior encuentro”.
Debido a que cada candidato tuvo su micrófono silenciado durante el turno inicial de dos minutos de su oponente en cada uno de los seis segmentos, Frank Fahrenkopf, presidente de la Comisión de Debates Presidenciales, dijo a Associated Press que tanto Trump como Biden tenían a un miembro de su campaña detrás del escenario para monitorear a la persona que controlaba el botón de silencio.
‘La gente está aprendiendo a morir con ello’
Biden comenzó el debato fuertemente anunciando en su discurso que:
«Alguien que es responsable de tantas muertes no debería seguir siendo presidente de los Estados Unidos de América», dijo Biden. Su gran momento llegó cuando Trump dijo que los estadounidenses estaban «aprendiendo a vivir con ello», con el coronavirus, ya que no tenían otra opción. «¡La gente está aprendiendo a morir con ello!», respondió Biden.
El segmento del debate dedicado a inmigración dio un giro después del impetuoso arranque de Biden. Trump, evitando el tema de que los niños aún extrañan a sus padres, señaló que algunas de las instalaciones de detención, a menudo descritas como jaulas, fueron de hecho construidas durante la administración Obama, cuando Biden era vicepresidente. «Eso fue él. Construyeron jaulas», dijo Trump.
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Al final, el mandatario pareció salir, de algún modo, más fortalecido que su rival.
«Trump ganó, en el sentido de que [su actuación en el debate] no fue una debacle», explica Coleman, que también es editor asociado de Sabato’s Crystal Ball, un boletín no partidista sobre la campaña electoral.
«Hemos puesto el listón muy bajo. Ahora, ¿va a hacer cambiar de opinión a mucha gente?… lo dudo», concluye.
Cabe recordar que más de 42 millones de estadounidenses ya han emitido su voto, una participación récord para la votación anticipada.
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Fuente: Redacción Hoy En Bogotá, Alejandra Ballén.